Por Juan Soto
La denominada “terapia con ángeles” ha ganado tracción en círculos de la Nueva Era y esotéricos, siendo promovida actualmente por ciertos individuos autodenominados “pseudopsicólogos” o “terapeutas de la salud”. Estos últimos a menudo emplean una jerga pseudocientífica en un intento de conferir credibilidad y validez a prácticas que carecen de sustento empírico. Desde una perspectiva crítica y bíblica, se argumenta que estas terapias no solo son anticientíficas, sino que también conllevan riesgos espirituales significativos.
Definición y Modalidades de la Terapia con Ángeles
La “terapia con ángeles” se define como una intervención que busca la colaboración con entidades angélicas para promover el bienestar individual en diversas facetas de la vida, incluyendo la salud, finanzas y relaciones interpersonales. La especificidad de la intervención varía según el “terapeuta”, con algunos enfocándose en áreas particulares (e.g., salud física, prosperidad económica, asuntos familiares, desarrollo espiritual) y otros interactuando con múltiples “ángeles” o con una sola entidad.
La metodología de estas prácticas no se basa en principios académicos ni en currículos universitarios. Frecuentemente, los practicantes afirman ser guiados intuitivamente por estas entidades o canalizarlas de forma inconsciente. Otros combinan elementos de disciplinas esotéricas como el Reiki, el Biocuantum o las sanaciones por canalizaciones espirituales con la invocación de nombres de “ángeles”, construyendo así métodos que carecen de validación.
Las técnicas empleadas en estas “terapias” incluyen la canalización a través de medios como cartas, péndulos, cristales (gemoterapia), o incluso el tarot. Una modalidad particularmente peligrosa es aquella que involucra la inducción a estados alterados de conciencia, a menudo mediante hipnosis, con el fin de facilitar una supuesta conexión del consultante con estas entidades. En estas sesiones, el “terapeuta” invoca o interactúa con “ángeles” con el objetivo de lograr una “sanación”, ya sea a través de la imposición de manos, visualizaciones guiadas, o la concentración en la entidad. Aunque estas prácticas pueden generar sensaciones transitorias de alivio o bienestar, se argumenta que conllevan una parasitación espiritual.
Origen Ocultista de la Terapia con Ángeles
Aunque la “terapia con ángeles” se presenta como una innovación de la Nueva Era, sus raíces históricas se encuentran en prácticas esotéricas y ocultistas. Figuras prominentes del ocultismo como Aleister Crowley, MacGregor Mathers y Dion Fortune integraron la invocación de “ángeles” en sus rituales mágicos con el propósito de desarrollar facultades místicas y ejercer influencia en las esferas energéticas.
Estas prácticas están intrínsecamente ligadas a la Cábala Mágica, un sistema que organiza el universo en esferas o sefirot, cada una asociada con entidades angélicas o regentes. El practicante cabalístico busca establecer una relación individual con estos seres (ángeles, arcángeles, potestades) para adquirir facultades o beneficios específicos. Por ejemplo, en la Cábala, el arcángel Rafael se asocia con la sanación física, mientras que los ángeles Hasmalim/Chasmalim se vinculan con la prosperidad económica. El objetivo último de algunas corrientes cabalísticas es la conexión con el “ser real” o “daimon individual”, que algunos ocultistas identifican con un “dios interior”.
Desde una perspectiva bíblica, la Cábala y cualquier forma de trabajo con “seres de luz” o “ángeles” que no sea consistente con la revelación escritural se considera una interacción con ángeles caídos o demonios. La Biblia advierte que “Satanás mismo se disfraza como ángel de luz” (2 Corintios 11:14). Por lo tanto, lo que se presenta como “luz” o “sanación” puede, en realidad, introducir oscuridad y maldición en la vida de las personas.
La invocación de estas entidades, a menudo a través de sigilos o firmas esotéricas, se interpreta como la apertura de portales espirituales que permiten la manifestación de demonios. Esta acción se describe como sumamente peligrosa, ya que confiere un poder significativo a estas entidades sobre la vida del individuo.
La Perspectiva Bíblica sobre la Sanación y los Ángeles
Desde una óptica bíblica, la sanación divina es una prerrogativa exclusiva de Dios, manifestada a través de Jesucristo. La Escritura no otorga a los ángeles la autoridad para sanar a los seres humanos. Si bien los creyentes pueden orar a Dios por sanación, es Él, en Su soberanía y amor, quien decide sanar. La Biblia no registra que ángeles hayan realizado actos de sanación; en contraste, Jesucristo ejerció autoridad para sanar, resucitar y liberar (Lucas 5:24).
Las prácticas que involucran la canalización de “maestros ascendidos”, “seres desencarnados” o cualquier entidad que no sea Dios, se clasifican como espiritismo, lo cual es condenado en las Escrituras (Deuteronomio 18:10-12).
Riesgos y Consecuencias de la “Terapia con Ángeles”
Con base en la experiencia de individuos que han participado en estas “terapias”, se desaconseja categóricamente su práctica. Además de carecer de validación científica, estas intervenciones, especialmente aquellas que manipulan el inconsciente, son consideradas invasivas y peligrosas.
La búsqueda de sanación o cambio a través de estas prácticas, a menudo motivada por la desesperación, puede conducir a consecuencias adversas. Los riesgos incluyen:
- Parasitación espiritual: La persona puede ser habitada o influenciada negativamente por entidades espirituales.
- Contaminación espiritual: La conexión con estas entidades puede tener un efecto perjudicial en la esfera espiritual del individuo.
- Ausencia de sanación real: La “sanación” experimentada es a menudo ilusoria y temporal.
- Experiencias engañosas: Sensaciones de paz o bienestar pueden ser una táctica de las entidades para engañar al consultante.
- Manipulación mental: La persona puede ser susceptible a la influencia y el control de estas entidades.
- Explotación económica: Los “terapeutas” a menudo cobran tarifas elevadas por servicios sin fundamento.
- Empeoramiento de la condición: La persona puede salir de la experiencia en un estado peor que el inicial.
Recomendaciones Generales
Ante cualquier problema de salud, ya sea físico, mental o psicológico, la recomendación es buscar la asistencia de profesionales cualificados y certificados en sus respectivos campos. Un médico, especialista o psicólogo clínico/neurólogo son los recursos apropiados para abordar estas necesidades, no individuos sin la formación académica y el respaldo institucional necesarios.
Para inquietudes espirituales, la Biblia y la fe en Jesucristo son las fuentes de verdad y liberación. Como afirma Juan 8:32: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
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