Efectos Adversos de la Meditación Profunda y Trascendental: Una Perspectiva Neurológica y Psicológica
Se ha discutido ampliamente el rol de la meditación trascendental en la inducción de experiencias místicas o de desarrollo espiritual, particularmente en contextos como el budismo, el budismo zen y diversas corrientes esotéricas. Esta práctica se emplea con el objetivo de alcanzar estados de “iluminación” o el desarrollo de habilidades cognitivas, así como para lograr la “pacificación mental”. No obstante, la literatura científica ha prestado escasa atención a los posibles efectos adversos asociados a la meditación, lo cual sugiere que la información disponible no siempre se sustenta en evidencia empírica.
Existe una concepción errónea de que el cerebro humano está diseñado para alcanzar un estado de “mente en blanco” durante la meditación profunda o contemplativa. Contrario a esta creencia, la neurociencia indica que el cerebro mantiene un nivel constante de actividad, incluso durante el sueño, manifestándose a través de procesos como la proyección onírica. La interrupción de esta actividad neuronal intrínseca mediante prácticas meditativas prolongadas podría comprometer la función cerebral y alterar su homeostasis bioquímica. Esta perspectiva difiere de las afirmaciones de diversas escuelas de meditación y maestros, quienes a menudo promueven cursos sin abordar adecuadamente los riesgos inherentes.
La evidencia sugiere que la meditación, particularmente en su modalidad trascendental, puede inducir alteraciones neurológicas y trastornos del lenguaje. Se han documentado casos en monjes budistas con extensas trayectorias de meditación y aislamiento social, quienes han mostrado deterioro de funciones cognitivas asociadas al lóbulo frontal, tales como el aprendizaje y el lenguaje. Adicionalmente, se han reportado trastornos del pensamiento, ansiedad, estrés y episodios psicóticos como respuestas secundarias a la práctica meditativa.
Evidencia Empírica y Estudios de Caso
Un estudio de la Universidad de Bangor, Reino Unido, evaluó a 1232 meditadores activos durante al menos dos meses, revelando que el 25.6% experimentó experiencias desagradables atribuidas a la meditación, incluyendo miedo, ansiedad y distorsión del pensamiento. Se observó una mayor prevalencia de estos episodios en individuos que participaron en retiros de meditación Vipassanā.
Una revisión sistemática publicada en Acta Psychiatrica Scandinavica (2020), que analizó 83 estudios con 6703 participantes, encontró que el 8.3% reportó eventos adversos durante o después de la meditación, desglosados en ansiedad (33%), depresión (27%) y anomalías cognitivas (25%). En estudios observacionales, la cifra de eventos adversos ascendió al 33.2%, mientras que en los estudios experimentales fue del 3.7%. Es relevante destacar que individuos sin historial de trastornos mentales también pueden experimentar efectos adversos.
En practicantes a largo plazo (con un promedio de más de 4 años), el 62.9% reportó al menos un efecto adverso, y el 7.4% lo calificó como “profundo”. Entrevistas con meditadores avanzados revelaron que el 25% experimentó episodios severos como depresión, ansiedad, psicosis o alteraciones en el sentido de la realidad, especialmente tras retiros intensos sin una guía adecuada.
En programas estándar de mindfulness (MBSR, MBP), entre el 37% y 58% informaron malestar transitorio, mientras que efectos duraderos (más de una semana o mes) se observaron en el 6-14%.
Factores de Riesgo Identificados
- Tipo de Meditación: Las prácticas deconstructivas (e.g., Vipassanā, insight) aumentan el riesgo de efectos adversos.
- Intensidad y Formato: Los retiros intensos sin una supervisión profesional elevan la probabilidad de experimentar efectos profundos (ansiedad, pensamientos intrusivos, psicosis).
- Historia Psicológica y Rasgos de Personalidad: Individuos con patrones de pensamiento negativo elevados, síntomas previos de ansiedad/depresión o predisposición a la disociación o neuroticismo son más vulnerables.
- Ausencia de Apoyo o Orientación: La falta de un instructor calificado o de un grupo de apoyo puede exacerbar o desencadenar sintomatología severa.
Conclusiones y Recomendaciones
La meditación no debe considerarse una práctica inocua; entre el 8% y el 33% de los practicantes pueden experimentar efectos adversos, dependiendo del diseño del estudio. Los eventos más comunes incluyen ansiedad, depresión y alteraciones cognitivas, aunque pueden escalar a episodios psicóticos o disociativos, particularmente en contextos de prácticas intensas.
Para mitigar los riesgos, se recomienda:
- Evitar prácticas de meditación
- Tomar precauciones adicionales si se tienen antecedentes de trastornos mentales o rasgos psicológicos de vulnerabilidad.
Artículos Clave para Consulta
- Schlosser, M. et al. (2019). “The unpleasant experiences of meditation: a mixed-methods survey of meditators.” PLOS ONE.
- Farias, M. et al. (2020). “Adverse events in meditation: A systematic review.” Acta Psychiatrica Scandinavica.
- Britton, W.B. et al. (2021). “The Varieties of Contemplative Experience: A Mixed-Methods Study of Meditation-Related Challenges in a National Sample.” Psychology of Consciousness: Theory, Research, and Practice.
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